lunes, 25 de enero de 2010

Mozart hubiese sido un buen neonatólogo


Quizás nadie esté en desacuerdo con que Wolfang Amadeus Mozart, el gran compositor austriaco nacido en 1756 en Salzburgo, poseía un talento extraordinario para la música, pero si aún se anima a poner en duda dicha afirmación por favor sólo escuche entre otras tantas obras su Sinfonía Número 40. Ahora bien, existe algo que ni al mismo Wolfang se le debe haber pasado nunca por la cabeza: su labor habría sido bienvenida en las salas de cuidados de recién nacidos.

Al menos eso es lo que dicen, en un artículo publicado en el último número de la revista médica Pediatrics, un grupo de científicos israelíes liderados por Ronit Lubetzky del Centro Médico Tel Aviv Sourasky. Escuchar a Mozart, les permite a los neonatos prematuros alojados en incubadoras disminuir su gasto diario de energía al desacelerar su metabolismo en aproximadamente un 13%.

Para llegar a esa conclusión, los investigadores compararon, en un total de 20 niños, el gasto de calorías en los que escucharon por un lapso de 30 minutos y durante dos días consecutivos los acordes con los resultados obtenidos a partir de aquellos que no lo hicieron.

Algunos estudios publicados en el 2002 ya daban cuenta de que la música entre otras cosas disminuía en los prematuros la frecuencia cardiaca y la liberación de hormonas por parte de las glándulas suprarrenales. Además, mejoraba la concentración de oxígeno en la sangre de los recién nacidos. Todo esto se traduce en un mejor funcionamiento metabólico y según especulan los científicos en un notorio aumento de peso y una menor estadía en los hospitales. Lo comentan, aunque hasta Mozart se sorprenda.

Imagen: Flickr

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